sábado, 4 de octubre de 2014

nuestra casa.

parece que el juego sigue en marcha, nos han introducido a un laberinto, estamos en el mismo lugar pero tenemos que ir en diferente dirección, solo al final del camino te encontrare de nuevo, me encontraras en la meta final y ahí nos tomaremos de la mano.
Mientras tanto solo tropezaremos por pequeños instantes que marcaremos como eternos en la memoria, pueda que gritemos desesperados en busca de soluciones a mitad del camino y a veces hasta retrocederemos para vernos de nuevo como al comienzo...
tenemos una misión en esta casa llena de agujeros, puertas que no se abren y habitaciones sin salida, solo debemos seguir el camino que conduce la luz pero aunque sea el mismo destino se que no sera el mismo trecho que recorreremos,... podre verte atravesar pasillos mientras yo... quizás este tumbada sobre una roca, observando la luna, contemplando un rato y reflexionando sobre que puerta cruzar.
 Tal y como lo hago hoy mientras  te veo al otro lado de la habitación buscando respuestas en la nada que se dibuja sobre los restos de la pared antigua y mugrosa en la que una vez recostaste tus hombros, parece que extrañas la ventana que había allí... esos ojos tenues, brillantes, inocentes que te transportaban a otro lugar, a ese universo donde la fuerza para luchar se resumía en abrir la ventana y encontrar allí el mas hermoso paisaje; los ojos mas dulces necesitados de ti. Recuerdo que una vez me contaste que cuando la ventana estaba sobre la pared eras muy feliz pero pese a ello en la mayoría de ocasiones no te atrevías a abrirla... lo dijiste con tono de arrepentimiento entonces pensé que hay ventanas que se acumulan de polvo y luego no abren sin una debida limpieza; que cuando el tiempo pasa es cuando te das cuenta que alejas a las persona, situaciones y cosas por miedo, miedo que nos impide poner un paso mas allá y abrir la ventana en el corazón ajeno. . Pudiera ser que pensabas que la ventana no necesitaba respirar el amor de el ocupante en el lugar, tal vez creías que al otro lado de la ventana no había nada que absorbiera o quisiera algo a cambio de su milagro... quizás hoy no entiendas cual es la ventana de la que te estoy hablando o  al menos no los razonamientos de tu mente, pero si los de tu corazón, si te identificas y la escuchas, ( a la voz interior ) puedes saber que te hablo de alguien a quien amas... sino entiendes...es mi culpa... porque quien me manda a mi, a hacer comparaciones tan absurdas...
Empecemos de nuevo, digamos que no es una ventana, digamos que es una grieta sobre la pared de tu vida, una que deseaste, que obtuviste, que amaste, una que nunca olvidas, afirmemos que esa grieta siempre estará allí, aunque el paso del tiempo y el musgo sobre el cemento la quieran tapar,  diré que yo como visionaria del espectáculo no quiero que olvides nunca esa grieta que te hizo seguir adelante, llévala siempre en cada rayito de sol que ilumine cada parte de la casa, en especial todo aquel que ingrese por una grieta o una ventana, llévala en todas las sonrisas que recuerdas cuando al agrietarse el muro revivió el amor, el que se que nunca has sentido por nadie y nunca jamas volvieras a sentir, pues es de ella, ella es dueña de esa fraternidad que te inunda que te desespera que te vuelca en mares de ansias....
yo como grieta de un muro que no fue tuyo pero que al haber sido grieta y al ser ahora olvido en musgo me conduelo de los rasgones en esa pared, me entristezco de esa ventana que nadie abre... por eso deseo, oro y clamo al cielo que en algún momento las circunstancias hagan que la grieta brille mas que nunca junto al habitante del lugar que la busca desesperada mente (tu).

Entre las sombras del pasado, las confusiones del presente y la incertidumbre del futuro están tu y la grieta...al otro lado de esta casa estoy yo en mi propia habitación junto a un anciano que no me observa, que se balancea sobre su silla mecedora recordando la grieta pero no la limpia, yo no estoy mirando en dirección de el, yo soy la grieta, la grieta de su historia pero no la de la tuya y eso no quiere decir que le pertenezco a el, que tu grieta es tuya o que nosotros (tu y yo) no podamos estar juntos al final del camino...volviendo a mi habitación se que un día el sabio anciano volteara la vista, entonces, me encontrara y yo volveré a ser luz de sol para su corazón necesitado de alivio ancestral.
 Por ahora yo puedo ser el tuyo y tu puedes ser el mio cada vez que nos encontremos en el punto de partida buscando respuestas y pidiéndolas al infinito al que nos sumergimos cuando las pieles fundidas cuentan historias, secretos y memorias arraigadas en nuestro subconsciente.